Un grupo de los intocables de la India central, impedidos de entrar en los templos junto con otros hindúes, decidieron tatuarse el nombre de Dios (Ram) en sus rostros y cuerpos. Una forma de decir que «ellos también podían tener a Dios». Esto enfureció a las castas superiores; quienes sentían que estaban contaminando el nombre de Dios con sus cuerpos intocables. A partir de ese momento esa casta fue conocida como los Ramnamis.
Fuente: Olivia Arthur