Lo indiviso divisible

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El Ecce Homo, de Nietzche; es el último libro que escribió el filósofo alemán, en los tiempos en que ya estaba cayendo en lo que sería el último de sus estados: la locura. Aun así, es un magnífico trabajo, en el cual pueden notarse grandes ideas y apreciaciones más que notables del filósofo sobre su propia obra.

En el fragmento dedicado al Zaratustra, Nietzsche un par de cosas notables por su agudeza y por la luz que arrojan sobre esa obra. Aunque están descritas en un solo párrafo, las divido en las tres partes constitutivas para que se comprendan mejor:

“Prescindiendo de estas obras de diez días, los años del Zaratustra y sobre todo los siguientes representaron un estado de miseria sin igual. Se paga caro el ser inmortal: se muere a causa de ello varias veces durante la vida. Hay algo que yo denomino el rencor de lo grande: todo lo grande, una obra, una acción, se vuelve, inmediatamente de acabada, contra quien la hizo.

Una segunda cosa es el espantoso silencio que se oye alrededor. La soledad tiene siete pieles; nada pasa ya a través de ellas. Se va a los hombres, se saluda a los amigos: nuevo desierto, ninguna mirada saluda ya. […] parece que nada ofende más hondo que el hacer notar de repente una distancia, las naturalezas aristocráticas, que no saben vivir sin venerar, son escasas.

Una tercera cosa es la absurda irritabilidad de la piel a las pequeñas picaduras, una especie de desamparo ante todo lo pequeño”.

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Lo notable de este fragmento es la síntesis perfecta de lo que se entiende por Übersmench (término que se traduce, mal, como superhombre; pero que sería más adecuado llamar ultrahombre o posthombre; es decir lo que está más allá del hombre, no ese animal bruto que implica el prefijo «súper»). Ese hombre que está más allá del actual hombre vulgar y burgués es, ante todo, un ser débil que se encuentra en estado de indefensión ante la enorme carga de lo mediocre. De allí la irritabilidad de esa piel ante las pequeñas picaduras. Pero también hay una fortaleza y una enorme carga de orgullo en el primer fragmento; en ese saber que se está preparado para las grandes cosas; para las tareas enormes e imperecederas.

Tal vez allí radique, entonces, la verdadera grandeza del übersmench: en saberse constituido por una dualidad permanente; en saber que el ser humano es algo que no es ni podrá ser un ser único e indivisible; sino que siempre estará constituido por dos caras antagónicas, pero indispensables para construir lo que realmente es.

12 comentarios el “Lo indiviso divisible

  1. Tu texto me hizo regresar en el tiempo, a la cátedra de Filosofía del CBC de la UBA donde se analizaba toda la historia de la Filosofía a través de las ideas de Nietzche. Fue una experiencia muy interesante y totalmente diferente a lo que se dictaba en Filosofía en Puán. Tal vez un día, me anime y publique lo que escribí en aquel tiempo…. Gracias por tu entrada!

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    • Borgeano dice:

      Pues me has alegrado el día con esa comparación, Claudia; lejos de mí pretender ponerme a la altura de un profesor, pero saber que para alguien bien pueden mis palabras acercarse a ello es más que halagüeño.
      Espero que te animes y que comiences a compartir esas cosas de no hace tanto tiempo.

      Un abrazo.

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  2. Entre la lucidez y la locura hay un estrecho camino. Es, como dirían los antiguos, el filo de la navaja.
    Totalmente de acuerdo con tu interpretación. Nietzsche siempre ha sido un filósofo de referencia para mí.

    Un abrazo

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    • Borgeano dice:

      Creo que fue Séneca quien dijo aquello de «No hay hombre de genio extraordinario sin mezcla de locura»; y el buenazo de Friedrich es un ejemplo (tal vez extremo) de ello.
      No creo que nadie que haya leído a Nietzsche con un poquito de profundidad haya podido salir indemne de esa lectura. aun aquellos que no comparten sus opiniones se ven modificados de alguna manera por ellas; y eso es, precisamente, lo que debe hacer un filósofo.

      Un abrazo.

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  3. luluviajera dice:

    Me gustó la potencia con la que transmites todas esas ideas; las de Nietzsche y también las tuyas. Todos somos seres complejos y esa dualidad de la que hablas es más que evidente. A veces uno se encuentra en las nubes, a veces nos arrastramos por el piso. Esa es sólo una de tantas formas de decirlo.

    Besos

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    • Borgeano dice:

      Creo que esa potencia es inevitable cuando se habla de Nietzsche; en ese sentido el tipo es contagioso, se pega a la piel su estilo y sus ideas, lo cual no es poca cosa.
      Me gustó ese símil que usaste: «A veces uno se encuentra en las nubes, a veces nos arrastramos por el piso»; creo que algo de eso hay y que sirve muy bien como para ilustrar la entrada.

      Besos mil.

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  4. kristosreuz dice:

    «Ése es el secreto del alma; solamente cuando la ha abandonado el héroe se le aproxima en sueños…el posthombre.

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  5. Javi B. dice:

    Nietzsche siempre ha sido uno de mis filósofos favoritos. Aunque, debo reconocer, que el Ecce Homo, por desgracia, lo tengo ya bastante olvidado. Tal vez un día de éstos me anime a releerlo. También estaría bien hacer lo mismo con Así hablo Zaratrusta. Si consigo vencer a esa pereza mental que da alejarse de la novela y acercarse de nuevo a un libro de filosofía de la que ya hemos hablado en alguna ocasión.

    Me ha gustado mucho esta entrada. Me ha traslado a otros tiempos en los que leía bastante a Nietzsche. En cualquier caso, respecto a la dualidad que comentas, todo ser tiene sus debilidades. Su talón de Aquiles por así decirlo. No obstante, la grandeza también radica en reconocer esos puntos débiles frente al espejo y devolverle la mirada a aquella imagen especular henchido de orgullo.

    Un fuerte abrazo.

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    • Borgeano dice:

      Así habló Zaratustra debe ser el libro que más veces he releído (la pelea es con alguno de Borges, seguramente) y la razón de ello es que cada vez que lo retomo es un libro diferente; no digo ya que encuentro «algunas cosas» distintas, sino que todo el volumen es otro. Creo que muy pocos libros pueden lograr eso. Lo leí por primera vez a los trece años y ahora veo que en aquella lectura no había entendido nada; pero ahora, que vuelvo a leerlo bajo otra luz, me pregunto si estoy entendiéndolo también (y que las lecturas intermedias tampoco fueron brillantes); y la respuesta es que posiblemente tampoco lo haga del todo. De todos modos eso es lo de menos; la cuestión es que cada lectura me hace avanzar un poco y que la siguiente vez que lo haga voy a encontrar algo que me permita avanzar uno o dos pasos más.
      Con respecto a la dualidad que nos conforma, el tema me interesa en relación al otro asunto que solemos hablar aquí: el del pensamiento unificador moderno. De una u otra manera todos estos temas, citas, reflexiones, nos llevan a una mirada sobre la realidad que nos toca vivir, y éste es, para mí, uno de los temas centrales: el del pensamiento único, el que a veces se malinterpreta (como si no fuera ya bastante malo) y se convierte en egoísmo y sus consecuencias (fascismo, racismo, xenofobia, etc.).

      Un fuerte abrazo y gracias por estar aquí.

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  6. Aunque ahora mismo lo tengo bastante olvidado, me encanta Nietzche, sobre todo su análisis sobre el comportamiento humano, la voluntad y la fortaleza interior de crear y sobrevivir a su propio ser e impotencia. Para mi el übersmenchl o «superhombre» al que se refiere Nietzche, es quien se gobierna a sí mismo sin pertenecer a la masa o rebaño manipulado por los poderosos. Y el hombre superior es el que se aparta de la superficialidad que nos acosa. Creo que para él, por el contrario, el «hombre inferior» es el que imita y se conforma con todo. Es realmente un tema inagotable y muy digno de volver a él. Gracias amigo. Mi abrazo fuerte.

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    • Borgeano dice:

      Nietzsche, bien leído, es incómodo porque nos interpela de manera constante; de allí que muchos prefieran no leerlo en absoluto o de minimizar sus ideas y los alcances que éstas tienen en su aplicación práctica. Claro, tampoco es una lectura pasatista, así que hay que agarrarlo cuando realmente se tienen ganas de ello, de lo contrario puede ser un verdadero plomo. Volvemos aquí a lo que dijo Borges: «Sólo hay que leer lo que nos causa placer» y eso es lo que hago con Nietzsche, lo leo cuando mi cuerpo lo necesita.
      Es correcta la interpretación que haces del «hombre superior» (prefiero esta expresión antes que «superhombre», aunque también pueda dar lugar a confusiones): ése hombre es quien, en definitiva, se domina a sí mismo y que se eleva por sobre la mediocridad general. Otros autores también han tomado esa idea y la han desarrollado de manera propia (Heidegger tal vez sea el más importante de ellos). Por fortuna es un tema inagotable; de esa manera sabemos que siempre estará con nosotros, y eso siempre es algo bueno.

      Un fuerte abrazo y gracias por tus comentarios siempre enriquecedores.

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