Vergüenza ajena

Hace un par de días se llevó a cabo, en Argentina, una manifestación anticuarententa y uno siente una infinita tristeza al ver el tono, las ideas (llamémoslas así), el odio, el discurso, la estupidez, la incoherencia, la brutal ignorancia de aquellos que participaron en esa manifestación. Y no digo esto porque me encuentre en la vereda de enfrente de los manifestantes, no; cada cual puede oponerse a lo que considere apropiado; pero vamos, que al menos hay que tener una idea, un argumento… algo.

Lo que se vio fue una mezcla de teorías conspirativas mezcladas con pseudociencia, fascismo, desconocimiento político y, sobre todo, odio; mucho odio por aquel que piensa diferente. También odio por el pobre y, por supuesto, por el negrito; por el que es del interior del país, por el personal doméstico, por ese que no es como uno ¿viste?

La derecha política siempre ha sido detestable; pero tengo la sensación de que en Argentina es particularmente repugnante. Buenos Aires, el centro neurálgico de la derecha argentina (aunque no es el único sitio donde abunda esta gente) es la cloaca descarada donde la derecha ni siquiera hace el intento de ocultarse un poco, como lo hace en otras latitudes, con alguna máscara de corrección política. Allí no; allí se dicen las cosas como ellos quieren, porque ellos son la Argentina; el resto está para servirles. Es por eso que lo primero que hacen es querer matar, matar y matar a todo aquel que no les sirva a sus propósitos. En otras palabras: hay que matarlos a todos (menos a los albañiles y a la señora que me limpia la casa, por supuesto).

Por cierto, la mayoría de estos demócratas cristianos, tiene muchísimo dinero, pero, como es habitual en ellos, hacen todas las trampas posibles; así es que van a la marcha en un flamante Audi o en un Mercedes Benz último modelo, de los cuales no han pagado jamás los impuestos correspondientes:

.

Después tenemos a los conspiranoicos; esa plaga que ensucia todo lo que toca y que, por desgracia, como un niño malcriado (cosa que uno piensa que son: niños que no han sido debidamente educados y que por eso creen que piensan) y es así que se vieron carteles mezclando a la OMS con planes de dominio mundial (ayudados por los médicos, claro), el 5G, los chips, Bill Gate, y todas esas tonterías.

.

¿Y la salud, los datos duros, la realidad, los argumentos, la responsabilidad social? Bien gracias. Deben estar escondidos en algún rincón del viejo esquema llamado pensamiento; ese mismo esquema que toda esta gentuza no entiende ni entenderá, porque lo único que saben decir o ver es el YO enorme de su ego malcriado. Mientras tanto, los médicos y las enfermeras (la ciencia, como siempre) son los que realmente llevan las cosas adelante. Los imbéciles, como siempre, después usufructúan los beneficios y le dan las gracias a cualquiera, menos a quienes lo merecen.

.

El refugio del cobarde

Si eres neutral en situaciones de injusticia,
has elegido el lado del opresor.
Desmond Tutu

 

policia 02

 

La masa es el refugio de los cobardes. La masa, el grupo, la cofradía, el pelotón, es la manera que tiene el incapaz de hacer valor su sinrazón; y la violencia es el derecho de las bestias.

La policía, eterna aliada del poder, no es más que la execrable mano violenta de ese mismo poder que la subyuga a ella misma. Es por eso que el policía es el más detestable de los poderes fácticos; porque sólo sirve al amo y nunca a sí mismo (en ese sentido, el poder fáctico que se sirve a si mismo es repugnante en todas  y cada una de sus facetas, pero al menos es comprensible en su actitud). El policía es un cobarde que actúa para defender a un amo que lo desprecia y para someter a aquel que lo sostiene. Lejos de toda forma de pensamiento, el policía es, también, un parásito que se enorgullece de serlo; un inútil que sólo puede actuar en grupo y de forma violenta, ya que el pensamiento y el accionar moral parecen encontrarse fuera de su alcance.

 

policia 01

La quintaesencia de la cobardía y la estupidez: una formación policial en posición de ataque frente a una mujer productora agrícola.

Hace pocos días en Buenos Aires, Argentina, la policía reprimió brutalmente a un grupo de productores agrícolas que intentaba vender sus productos para poder paliar así la crisis económica a la que el actual gobierno argentino (sí, ése mismo que iba a acabar con toda la corrupción, inflación, falta de trabajo, inseguridad y demás. Ése mismo que iba a traer el paraíso terrenal a la Argentina y que sólo volvió a hundirla en el infierno del neoliberalismo). Mientras el presidente se encuentra en la India (por cierto, los periódicos afines al gobierno no dicen ni una palabra de esta represión, pero sí publican artículos sobre el estilo de Juliana Awada en los primeros días (Juliana Awada es la primera dama argentina, valga la aclaración). En síntesis, lo de siempre: mientras los verdaderos ladrones salen en la tapa de los diarios (pero en la sección modas o sociales, nunca en la sección policial), los patéticos lamebotas le dan de palos a unos pobres productores rurales o a un grupo de jóvenes manifestantes, pero nunca a los banqueros o a los especuladores o a quien realmente lo merezca.

policia 11

 

Al margen y para cerrar esta entrada, al menos nominalmente; porque para mí esta entrada no se cerrará nunca. Sé que los temas políticos no son del agrado de nadie, pero no quiero hoy compartir un poema ni una pintura para así poder mirar para otro lado. No, hoy quiero pensar y seguir pensando en esto porque siento que nada tiene sentido mientras estas cosas ocurren (y no sólo en la Argentina, sino por todos lados). Al margen, decía, una semana atrás subí una entrada sobre Venezuela que fue duramente criticada (duramente pero erróneamente también. El supuesto ataque no fue más que un cúmulo de falacias improducentes; pero ya se sabe: los argumentos no importan; sólo basta con señalar al otro y atacarlo a él personalmente). Así que me adelantaré aquí a los posibles críticos de esta entrada y les diré que aceptaré que me den duro y parejo, pero sólo aceptaré aquellas críticas basadas en argumentos, no en falacias o ataques personales (defiendan a la policía, pero no sean policías). En suma, lo que quiero decir es que mientras esta imagen siga siendo moneda corriente en el 2019, no hay ni habrá quien pueda convencerme de los beneficios del neoliberalismo.

 

arg

Argentina 2019. No Siria, no Venezuela, no Uganda. Argentina 2019.

 

Una galería que extiende la cobardía del accionar policial argentino. Para ver las imágenes en mayor tamaño, hacer clic sobre una de ellas:

 

Crónica de una muerte anunciada

 

Argentina

 

Hace poco más de tres años escribí una entrada titulada Suicidio asistido, en la cual hablé del profundo pesar que me produjo la elección de Mauricio Macri como presidente de la Argentina (incluso terminé esa entrada diciendo que no quería volver a la Argentina en esas circunstancias, cosa que hace un par de horas acabo de decirle, sin recordar aquella entrada que busqué hace unos minutos, a mi compañera de estos días). Un par de meses después de esa entrada subí otra tocando el mismo tema en un tono más pesimista aún y hoy me trae aquí la triste confirmación de que aquella esperanza de que mi mirada pudiera estar equivocada, no lo estuvo en lo absoluto. Mi Argentina se hunde y la gente todavía parece estar en la tribuna de un partido de fútbol tratando de ver quién tiene la culpa, si el que está o el que se fue. ¿Y mientras tanto? Bueno, lo de siempre, mientras tanto, los ricos se hacen más ricos, los pobres se hacen más pobres y la masa sigue prendida a la TV que le dice qué y cómo hacer de cuenta que piensan.

Lo más triste de todo esto es que pasan los años y siempre terminamos hablando de lo mismo y de la misma manera. Tan así es que transcribiré el tercer párrafo de esa entrada, como ejemplo de que todo sigue igual:

«Es muy común decir, cuando un grupo social toma una decisión determinada, que ese grupo social es «ignorante» o algo así. Yo hoy lo digo con toda la seguridad de las pruebas que ellos mismos nos han brindado ayer: la clase media argentina no sólo es ignorante, sino que es algo mucho peor: es una clase pretenciosa, envidiosa, mediocre, inculta, soberbia y sí, profunda y gozosamente ignorante. Sólo así se entiende que alguien vote para presidente a un tipo que nadie en su sano juicio (ni siquiera los que lo votaron, lo sé porque conozco a varios) lo dejaría dormir en su casa. Quien será el nuevo presidente, junto a sus «colaboradores» ya avisó que viene por todo; lo dijo bien clarito y sin ningún prurito. Mintió descaradamente una y otra vez pero eso a la clase media no le importa; porque esa clase media argentina está presa del odio más visceral por sus semejantes, ellos son los típicos hijos de los Mass Media y de la religión más obtusa, esa religión que habla de amor pero que enseña el odio a los pobres o a los diferentes. La clase media argentina después de una crisis como pocos países han vivido, puede comprar una TV, una computadora y un pequeño auto y ya se cree oligarquía y así termina votando a un tipo que tiene 214 causas judiciales y que está procesado en otras dos causas penales».

Ahí está, ahora, destruyendo todo a su paso y sin siquiera el apoyo de quienes lo votaron. Pero eso sí, esa clase media todavía tiene el odio cien por ciento activo; y es que hay costumbres que son difíciles de perder.

Contrato

No soy muy afecto a subir videos a esta página, pero hoy me veo obligado a ello para poder hablar después con mayor libertad. De todos modos, como el video dura un poco más de cuatro minutos, sintetizaré su contenido para que aquellos que no quieran verlo (seguramente lo habrán visto adaptado a su propio país en algún momento de sus vidas) pueda pasar de largo y evitarse el mal trago. El video no es más que una compilación del actual gobierno argentino y su doble discurso; el de antes de las elecciones y el de después, que reviste mayor gravedad ya que no se trata de un mero discurso hablado, sino de actos que conllevan el dolor y el malestar a todo un pueblo.

 

 

El punto central al que me lleva el video es el siguiente: ¿No es posible que comience a considerarse el discurso previo a las elecciones democráticas como un contrato entre dos partes? Debe haber algún modo —apelo para ello al conocimiento preciso y efectivo de los doctores en leyes— por el cual el electorado tenga en sus manos el poder llevar a la justicia a todo aquel que no cumpla con su parte del contrato, tal como ocurre, bien lo sabemos, en cualquier otro ámbito social.

De nada sirven las frases de rigor ni la palabrería vacua en fórmulas como la argentina, cuando se le pregunta al presidente entrante, en el acto de investidura, si se compromete a cumplir con la ley y éste dice «Si así no lo hiciere, que Dios y la Patria me lo demanden». Nada, eso es pura verborrea cínica, sin sentido y de mal gusto. No conozco a político alguno, ni a uno solo de ellos, a quien la Patria (y mucho menos Dios) le haya hecho reclamo alguno. ¿No es hora, entonces, de dejar establecidos los derechos y obligaciones en negro sobre blanco de una vez por todas y con pleno valor de ley?

Por último, un breve descargo que me llega desde el despacho del Abogado del Diablo: No olvidemos que somos nosotros —todos y cada uno de nosotros, tanto los que votan como quienes se abstienen de ello— quienes ponemos a estos delincuentes en las posiciones en las que se encuentran. No aparecen por generación espontánea.

Pero algo de cierto hay, también, en que muchos pudieron haberlos elegido creyendo en sus promesas y en sus palabras. De allí, insisto, en que se hace necesario un cambio en las reglas y que éstas deban ser ajustadas como en cualquier otro ámbito legal: Lo que se promete, se cumple. Lo que se dice, se hace. Y a partir de allí sí, se podrá decir, todos amigos.

Ni siquiera en privado

 

different

 

En Argentina se ha armado cierto revuelo por los decires de una mujer que se queja (en una conversación telefónica) porque desde su departamento de lujo tiene que ver a los pobres descansando a la vera del lago. Transcribo parte de lo que esta mujer dijo, tan sólo una pequeña parte:

«Yo quiero descansar, pero descansar sobre todo visualmente. A mí me molesta que estas bestias —porque son bestias, porque no tienen el mínimo de educación— estén reunidos como ayer, el día de la madre, sentados en una reposera de Mar del Plata tomando mate y con el perro en la piscina. Yo soy una mujer normal a la que le gustan ciertos parámetros estéticos, como ser el estar en Punta del Este, donde nadie te va a tomar mate adelante… Yo pensé que había otra onda en el edificio, otra onda más cool, más relajada y la verdad es que es gente muy… de cuarta… que tienen modales de décima categoría… Yo no desprecio a la gente… Créeme, Michel, que yo no desprecio a la gente…»

Como dije, el asunto ha levantado cierto revuelo y no es para menos; pero de entre todos los programas radiales que escuché al respecto (los que iban desde el ataque frontal hasta la burla), hubo uno que llamó mi atención. Darío Sztajnszrajber, filósofo, destaca un problema primero: Que el asunto se haya hecho público. Él dice que si se hubiese mantenido en privado el tema sería otro. Cabe aclarar que Darío Sztajnszrajber no defiende en ningún momento a esta mujer, pero como buen derridiano que es se pierde en florituras semánticas y deja el tema central sin tocar. Esa distinción sobre la esfera pública y la privada me deja pensando.

 

racismo-livro-ecobrasilia

Por un lado, si bien se entiende que en privado uno es libre de pensar lo que quiera, el tema de la moralidad y de los propios límites de pensamiento sigue en pie. En síntesis: ¿Es permisible el pensamiento racista sólo porque éste no se manifiesta en público? Por mi parte creo que no y que lo censurable radica en el acto de pensamiento, no si este es público o no (esto último lo hace más grave con respecto a las relaciones sociales, nada más; es decir que lo expone en una esfera más amplia).

Por último, vi un video donde hablaba el hombre que dio a conocer el audio y allí encontré lo que el filósofo no se atrevió a decir: «Decidimos con mis hijos dar a conocer este material porque creímos que la sociedad no podía perderse escuchar este audio que si bien hoy tiene un fuerte contenido periodístico también posee un fuerte contenido social que vivimos todos los días y que marca la grieta que subyace en nuestra sociedad».

Me quedo con esa postura: lo que está mal no puede justificarse y hacer público un audio privado, aunque en una primera instancia pueda considerarse como una falta, se hace necesario y ético más cuando, como en este caso, lo amerita la situación.

 


Actualización: Como voy escribiendo las entradas y las dejo programadas para que se suban diariamente, el texto anterior lo escribí hace unos veinte días. Ahora me encuentro con este video del actor cómico Diego Capusotto y de su personaje Micky Vainilla. Da la sensación de que el video fue hecho para burlarse de esa mujer de la que hablo en la entrada, pero no; ese programa es del 2013. Capusotto lo único que hace es exponer, mediante el humor, lo que ya está allí, en la sociedad toda. Después, el que haya aparecido ahora esta grabación no hace otra cosa que volver a la realidad aquella frase de Oscar Wilde: «La naturaleza imita al arte».

 

La pasión irracional

 

5150-charlottesville-nazi-rally

 

Una de las imposibilidades de hoy en día es la de poder intercambiar ideas u opiniones con alguien que piense diferente. La mediocridad se ha enquistado en tal modo en el modo de ser de las sociedades que ya es imposible sostener una idea sin que se corra algún tipo de peligro, incluso físico. Muchos de ustedes recordarán que al asumir la presidencia Mr. Donald Trump se vieron muchos casos de intolerantes que atacaban a inmigrantes o incluso a nacionales descendientes de otras razas o religiones. ¿Esto fue algo casual o inesperado? De ninguna manera; los intolerantes siempre estuvieron allí, sólo que antes estaban contenidos por el poder de las leyes (al menos hasta cierto punto); pero al asumir uno de ellos, los demás se vieron desatados.

Algo similar ocurrió en Argentina en los últimos años. El odio que despertaron los Kirchner no es gratuito, estuvo siempre allí, latente, hasta que al fin se hicieron con el poder y es entonces que se desata en toda su estúpida y cruel amplitud.

 

VIOLENCIA 1

 

No fueron los Kirchner y tampoco fue Trump quien dividió a la sociedad; ésta siempre va a estar dividida y eso no es algo intrínsecamente malo. Lo malo es que un grupo se sienta con derechos por sobre el otro y que crea que la violencia (siempre ejercida por ellos, por supuesto) es la solución. Recuerdo para ello las palabras de Bertrand Russell: «Las opiniones que se sostienen con pasión son siempre aquellas para las cuales no existe un buen terreno intelectual; de hecho, la pasión es la medida de la falta de convicción racional del poseedor». O también, del mismo Russell: «El problema de la humanidad es que las personas inteligentes están llenas de dudas mientras que los imbéciles están llenos de certezas».

Melancolías (II)

hornero 01

Para terminar hoy con lo que empecé ayer, quiero compartir uno de esos pequeños recuerdos placenteros que sólo tienen importancia para uno mismo, pero que de algún modo, al ser eso parte integral de uno, también puede ser considerado digno de mostrar, como si fuese una faceta de ese cristal múltiple y complejo que somos.

hornero 02

El hornero es un pequeño pájaro endémico del sur de América del Sur. Es el ave más común de donde provengo y tiene una característica peculiar: construye su casa con adobe; es decir, con barro. No sólo eso, sino que además, para protegerse del frío y de los fuertes vientos que son habituales durante largos meses en aquellas lejanas latitudes, construye una pared interior que separa la estancia en dos partes. Es decir que construye su vivienda con dos ambientes, por así decirlo.

hornero 03

Recuerdo muchos horneros y muchas de sus casas, las cuales son habituales en los árboles, por supuesto, pero también en casas o, como las imágenes con que ilustro la entrada, en edificios o en monumentos. Recuerdo uno muy particular, en una pequeña ciudad llamada Coronel Pringles. En ella hay un monumento al General San Martín y detrás de él hay una alta columna rematada con un imponente cóndor. Fue muy gracioso ver debajo del ala de esa ave andina el nido de un humilde hornero, que había encontrado allí una doble protección: la de su casa y la del ala del cóndor inmóvil. Nadie como la naturaleza sabe cómo manejar la ironía.

El hornero no es un pájaro notable, no es grande ni tiene colores brillantes; pero es un gran arquitecto y es el primer ave que aprendí a reconocer y eso es algo que, como el primer amor, uno nunca olvida.

Buscando en la red he encontrado un par de imágenes que ilustran lo anterior. Para verlas en mayor tamaño, hacer clic sobre una de ellas.

Melancolías (I)

Florencio Molina Campos (1)

No soy una persona que se someta a la melancolía de manera habitual, pero de tanto en tanto —el tiempo es un cruel combatiente— uno añora a su tierra y a quienes allí han quedado. Como se dijo aquí hace unos días, no hay viaje sin una Ítaca, es decir, sin un punto de referencia que es el que nos hace, en otras palabras, ser.

Lo que diré a continuación es algo totalmente tangencial con respecto al tema de la melancolía, ya que si tuviera que hacer referencia a ella de manera directa debería hablar aquí de personas físicas y de relaciones demasiado íntimas y eso es mejor dejarlo para otros momentos y circunstancias. Valga, entonces, esto como símbolo o metáfora de la melancolía o de la añoranza.

Florencio Molina Campos (91)

Florencio Molina Campos fue un dibujante y pintor argentino nacido a fines del siglo XIX; recuerdo en mi niñez que sus almanaques (de hecho, eran los Almanaques Alpargatas; nombre del calzado que se usaba en mayor medida en el campo y que aún hoy se sigue usando) colgaban de cada casa y de cada negocio de mi ciudad. Sus escenas gauchescas (precisamente, del espacio geográfico que me rodeaba en esa gran extensión que es Argentina) eran las mismas que podían verse con salir unos pocos kilómetros de la ciudad donde vivía.

Por sobre todas las imágenes, para mí lo mejor de Molina Campos eran sus caballos y veo que siguen siéndolo. Al buscar las imágenes con las que pensé en ilustrar esta entrada me encontré detenido en las que los caballos tienen una presencia más marcada. A medio camino entre la caricatura y el realismo (lo que voy a dejar aquí es más que nada una muestra de lo primero; aunque hay mucho de lo segundo en la obra pictórica de Molina Campos), sus caballos serán siempre, para mí, la firma de los trabajos de Florencio Molina Campos. Sus caballos y el horizonte como una línea eterna que se pierde en la lejanía, como en la pampa, como en la melancolía.

Para ver las imágenes en mayor tamaño, hacer clic sobre una de ellas.

 

Los imbéciles no dan respiro

03 (2)

La verdad es que hoy quería hablar de otra cosa, pero una nueva noticia me obliga a tocar un tema similar al de ayer. ¡Es que cuando los Neandertal gobiernan uno no para de sorprenderse, asustarse, indignarse o todo al mismo tiempo! Esta vez le toca el turno a mi querida Argentina con una nueva postura propia de la más acérrima ignorancia y estupidez. El Ministro de Educación Esteban Bullrich propuso incluir a las religiones dentro de la currícula de las escuelas. Así es: «El Ministro de Educación sostuvo que la enseñanza religiosa debe volver a la escuela para que «la luz del cirio pascual» y de la educación vuelvan a brillar más fuerte que nunca». También dijo estar “convencido” de que las enseñanzas del Evangelio y de Jesús, como las de otros profetas y religiones “deben ser aprendidas”.

03 (3)

El Ministro parece desconocer que en la Argentina la educación laica y la libertad de conciencia están garantizadas en la Constitución Nacional, así que el disparate que promueve no sólo es retrógrado, sino también ilegal; pero ya se sabe; a la derecha, esas cosas de la legalidad y del buen entendimiento entre todos los tiene sin cuidado.

Por fortuna, de inmediato se han levantado voces críticas que advierten del peligro que implica la postura de Esteban Bullrich, como la de la pedagoga Adriana Puiggrós, quien dejó en claro que: «Enseñar religión es retroceder más de cien años», además de señalar que no hay contradicción entre el laicismo y el catolicismo (se pueden ser ambas cosas, claro está; ser laico no significa ser anticatólico; sólo se entiende que la religión y las cuestiones sociales corren por caminos diferentes).

El Ministro de Educación argentino Esteban Bullrich es por demás ignorante, no cabe duda de ello, pero ante todo, es un buen cristiano. ¿Cuál es la razón por la cual la iglesia y el estado (¡Vaya, iglesia y estado, igual que ayer!) querrían incluir a la religión en las escuelas? Dejemos que el humor del chileno Montt lo exponga con más claridad que cualquier párrafo mío:

03 (1)

Escuela de ignorantes

Festival con B larga-2.1-

En Argentina sigue desarrollándose un fuerte enfrentamiento entre el gobierno nacional y los docentes. Hace unos días leí el siguiente titular: “Desprestigiar a los docentes es funcional para privatizar la educación”. Ese titular me hizo recordar a un texto de Mario Benedetti que bien sirve para poner las cosas en claro:
“El sistema es sencillo. Por ejemplo, quitémosle fondos a la Universidad de la República, y cuando ésta empiece a ahogarse, y los estudiantes, los funcionarios y los docentes se larguen a la calle, señalemos entonces qué ineficaz se ha vuelto la educación pública, aun la superior, y destaquemos una vez más que la solución es la Universidad privada, donde no se producen huelgas y hasta hay una cierta facilidad para titularse”.
Los gobiernos de derecha sólo tienen una idea: ganar dinero (sólo ellos, claroestá); es así que entonces todo aquello que no produzca beneficios contantes y sonantes será considerado como inútil. Como si de una empresa se tratase, manejan del mismo modo los destinos de un país en su totalidad. Como para ello necesitan un pueblo estúpido, lo primero que hacen es atacar a la educación y todo se transforma en un círculo vicioso donde los ignorantes elijen a quienes van a crear más ignorantes y así hasta la náusea.
Por último, y entre las muchas citas que podría traer al respecto, quiero recordar aquellas palabras de Italo Calvino, no menos precisas, no menos terminantes que las de Benedetti y que exponen de la misma tajante manera al vergonzoso gobierno argentino:
“Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, las Artes o las Culturas, está ya gobernado por aquellos que sólo tienen algo que perder con la difusión del saber”.

ignorancia