Alguna vez Gabriel García Márquez dijo «Escribo para que me quieran». Creo que de una u otra manera todo aquel que se dedica a buscar y poner una palabra detrás de otra para transmitir lo que siente o piensa está, de algún modo, escribiendo para que lo quieran. William Butler Yeats (1865-1939) tal vez sintetizó esa idea en su poema Where My Books Go; el cual me atreví a traducir (así que me disculpo por ello de antemano) y dejar aquí. ¿Dónde van mis libros? Hasta ti y sólo hasta ti.
Dónde van mis libros
Todas las palabras que pronuncio,
Y todas las palabras que escribo,
Deben extender sus alas incansables,
Y nunca detener su vuelo
Hasta llegar al encuentro de tu triste, triste corazón
Y cantar para ti en la noche,
Más allá donde los mares se mueven
Nublados por la tormenta o brillando bajo las estrellas.
Conmovedor poema.
Besos a ti.
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Lo es. Simple y conciso. Nada más puede pedírsele a un poema.
Besos.
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No conocía este poema. Me ha gustado especialmente.
Un fuerte abrazo.
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Es un poema de la primera mitad del siglo XX, pero es un poema simple y muy lindo, lo que no está mal para un poema.
Un fuerte abrazo.
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Es cierto lo que decía García Márquez, escribimos para que nos quieran, y escribimos porque queremos a los que nos leen. Creo que es recíproco. El poema de William Butler Yeats, lo resume muy bien y la traducción es perfecta, porque el poema lo es… Nadie como Yeats, para hacernos volar hacia otras manos. Me encantó esta entrada tuya. Mi abrazo fuerte.
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Siempre tengo esas palabras de Garciaa Márquez, ya que, salvando las distancias personales, creo que tenía razón. La poesía de Yeats nos recuerda que la poesía puede encontrarse en la sencillez y (esto deberían tenerlo en cuenta los nuevos poetas) no siempre escribir «difícil» es lo deseable.
Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras.
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Estoy totalmente de acuerdo contigo. Y también con Yeats, y con Machado cuando dice: «Da doble luz a tu verso,/para leído de frente/ y al sesgo.» Y esa luz, creo que es lo que tú dices, la sencillez, cosa que hoy está ausente en la poesía. Gracias a ti siempre, Roberto. Un fuerte abrazo.
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Sin duda él consiguió con creces que lo quisieran… Aunque también es verdad que los grandes escritores levantan pasiones pero también detractores. El poema es precioso. Un saludo.
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Afortunado don Gabriel, sin duda alguna. Está bien que él era, además, un tipo simpático y agradable, lo cual ayuda a ser querido.
El poema es sencillo pero muy efectivo; su belleza depende de las dos cosas, me parece.
Un abrazo.
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Un gran poema, muy lindo. La verdad yo no sé por qué escribo, yo pienso que es por necesidad, por no reventar, por desahogo, nunca pensé que pudiera ser para que me quisieran, pero es otra opción a tener en cuenta. Besos a tu corazón.
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Tal vez ese «para que me quieran» de García Márquez no sea tan directo. Tal vez haya algo de lo que tú dices en esto de escribir poemas o novelas. Sin duda, la necesidad es una de ellas (al menos para mí; en eso coincidimos). Pero si sólo fuera por necesidad no los mostraríamos, ya que esa necesidad se vería completada con el simple acto de escribir. Tal vez haya algo más allá. De todos modos, pensar o jugar con estas ideas no es una mala forma de pasar el tiempo.
Besos a ti.
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