¿Quién es quién? ¿Y quién soy yo?

 

Large crowd of people

 

La verdad es que pensé que no iba a volver a hablar del tema; pero la realidad se impone y a ellas nos atenemos. Y es que en estos últimos dos días he visto algunas noticias que me han hecho pensar mucho y me han llevado a confirmar (al igual que lo que dije en la entrada anterior) que lo que siempre había pensado no era un desaguisado romántico o un delirio de alguien que se había golpeado de niño y a quien le habían quedado secuelas permanentes. Vamos, lo que quiero decir es que muy errado no andaba cuando pensaba lo que pensaba o, mejor dicho, que muy errado no ando cuando pienso lo que pienso.

Si no fuera porque el tema es trágico en grado sumo, me atrevería a decir que la cosa viene, casi, de comedia de enredos. Por ejemplo, leo que un transatántico inglés navega con tres infectados de coronavirus. Su principal socio y aliado, Estados Unidos, lo rechaza (con amigos como estos… uno piensa) ¿y quién lo acepta? Cuba. ¿Pero no es que los cubanos comunistas quieren la destrucción del imperialismo y esas cosas? Sigo leyendo y veo que el gobierno italiano solicita ayuda médica a Cuba (además de la que ya Comunismomalole fue brindada por China, sin necesidad de que fuera solicitada). Caramba con estos comunistas; con tal de dejar mal parado al imperialismo son capaces de cualquier cosa… Más adelante veo que quienes rechazaron la ayuda cubana fueron los bolivianos. Bueno, no los bolivianos, sino el gobierno de facto boliviano; ese mismo que fue saludado con bombos y platillos por EE.UU. y Europa por haber destituido ilegalmente al indio de Evo Morales. Curiosa antinomia esta de la derecha y de la izquierda… ¿Pero no es que las democracias de occidente son las buenas y los comunistas los malos? ¿Dónde me perdí o dónde me engañaron? ¿O será que los gringos sólo salvan al mundo en las películas? Sí, por ahí me parece que andan los tiros (con perdón del chiste fácil).

Lo que no me pareció tan gracioso (porque ver ese rostro y oír esas palabras eran un llamado a la realidad más que perentorio), fue el discurso del presidente serbio Aleksandar Vucic (pueden buscar el vídeo y ver el dolor en cada uno de sus rasgos) ¿y qué dijo este buen hombre? Pues cosas como estas: «Ahora ya todos se dieron cuenta de que la gran solidaridad internacional no existe. La solidaridad europea no existe. Era un cuento de hadas sobre papel»; «Los únicos que pueden ayudarnos en esta situación excepcional son los chinos»; «Pedimos a China que nos envíen de todo, hasta personal médico»; «envié una carta y tenía grandes expectativas y no se cumplieron. Como saben, nos han vetado como receptores de material médico. Para la Unión Europea no somos lo suficientemente buenos». En síntesis: Serbia le pide ayuda a Europa y ésta se la niega. Les negaron hasta los barbijos (o cubrebocas, como sea), ni hablemos, ya, de medicinas o respiradores.

 

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Rage Agains The Machine – El día que el rock de izquierda cerró Wall Street

 

Y la historia sigue igual por donde se la mire, Donald Trump hablando del «virus chino», cosa de seguir sacando rédito político de una desgracia global; con Bolsonaro negando la gravedad del tema aun cuando él mismo y dieciocho de sus funcionarios de alto rango están infectados, con Piñera en Chile atacando a Venezuela (y aprovechando la cuarentena para calmar las críticas del pueblo a su gobierno).

Slavoj Zizek dice que La actual expansión de la epidemia de coronavirus ha detonado las epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras sociedades: noticias falsas, teorías conspirativas paranoicas y explosiones de racismo. Zizek apunta a que el coronavirus ha destapado la realidad insostenible de otro virus que infecta a la sociedad: el capitalismo. Mientras que muchas personas mueren, la gran preocupación de los estadistas y empresarios es el golpe a la economía, la recesión, la falta de crecimiento del producto interno bruto y cosas por el estilo. Este colapso económico se debe a que la economía está basada fundamentalmente en el consumo y en la persecución de valores propugnados por la visión capitalista como la riqueza material. Pero esto no tendría que ser así, no tendría que haber una tiranía del mercado. Zizek sugiere que el coronavirus presenta también la oportunidad de tomar conciencia de los otros virus que se esparcen por la sociedad desde hace mucho tiempo y reinventar la misma.

¿Será esta la oportunidad tan esperada? Tal vez sí, tal vez no. Todo depende de nosotros, como siempre. Tal vez ya vaya siendo hora de aprender a diferenciar de verdad a los buenos de los malos, a la derecha de la izquierda, a los nuestros y a los ellos.

Quien quiera oír que oiga.