P.A.S. (No abstenerse)

Free Buscando información sobre por qué me irritan tanto los ruidos y las luces demasiado fuertes (la de los patrulleros son una verdadera tortura), encontré un artículo en The Huffington Post titulado 16 rasgos de las personas altamente sensibles, el cual establece, como referencia, las características de estas personas. Sería muy largo hablar de eso aquí, quien quiera ver si pertenece a esa categoría puede ir y echarle un ligero vistazo. Mi intención al traer este tema aquí, es el de reflexionar brevemente sobre un punto que me parece digno de destacar. Hace unos días alguien por quien siento un entrañable cariño, me decía que ser una persona sensible era algo casi terrible, como llevar siempre consigo una pesada carga. Esa sensibilidad —Continuó—, era motivo de angustias y de fuertes momentos de tristeza, y eso se le hacia casi intolerable. Esta persona no estaba pasando por un buen momento personal y sé que sus sentimientos eran sinceros y que lo que me decía era totalmente cierto. Pero (sí, siempre tengo un pero a flor de labios y, en este caso es una fortuna que lo haya) creo que las personas sensibles, si bien pagan un alto precio por esa sensibilidad, también tienen un enorme beneficio; ya que si bien el dolor ajeno o propio se magnifica, también lo hacen los placeres y los momentos de disfrute. Una persona insensible puede pasar por esta vida sin preocuparse demasiado por lo que le ocurre a cualquier otro ser humano, ya viva éste en la otra cara del mundo o lo haga en la vereda de enfrente de su casa. Pero también una persona insensible será incapaz de disfrutar de una sonata de Mozart, o de una novela de Proust, o de un cuadro de Bruegel. Y ni hablar, claro está, de disfrutar de un atardecer o de un momento a solas con su pareja o del silencio mismo. Entonces, espero que esta persona me comprenda y que recuerde, en los momentos difíciles, que esa sensibilidad que tanto dolor le produce, es la misma que le permitirá elevarse, cuando la tormenta pase, por sobre la mediocridad general. Hay precios que valen la pena ser pagados.

16 comentarios el “P.A.S. (No abstenerse)

  1. Un sensible abrazo!! 🙂

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  2. No puedo estar más de acuerdo contigo.
    Abrazos de otra sensible.

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  3. danioska dice:

    Coincido absolutamente y hace poco le decía algo similar a mi hija, sensible en extremo: vives en una explosión de color, del amarillo brillante al negro y de ahí al rojo intenso, mientras una persona insensible no pasa de grises y marrones. Ya que no es algo que puedas elegir ni cambiar, disfruta los tonos vibrantes y recuerda que los negros también pasan.
    Un abrazo de sensible a sensible

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    • Borgeano dice:

      Exacto, D.; y la explicación que le diste a tu personaja es perfecta (recuerdo algunas de las mías a los míos, no solo para que aceptaran ese lado sino, también, para potenciarlo). No podemos cambiar al ser, seamos, pues (Don José de San Martin, padre de la patria argentina y latinoamericana, dijo lo mismo hace doscientos años pero de manera más bella: «Serás lo que debas ser, o si no, no serás nada.»)
      Abrazos con la sensibilidad a flor de piel.

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  4. Loretta Maio dice:

    No me cabe duda que dicha comprende tu perspectiva y más aún, no olvida tus palabras. Por el contenido de tu entrada se percibe ese entrañable cariño, el cual obviamente es correspondido.

    Qué enorme placer leerte, Borgiano; nunca me cansaré de decirlo…

    Un inmenso abrazo.

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    • Borgeano dice:

      Espero que sí o, mejor dicho, sé que sí; no tengo la menor sombra de duda sobre su inteligencia, tan alta como su sensibilidad sólo que, a veces y como refuerzo, decirle estas cosas en un texto abierto, público, puede tener un efecto más perdurable y profundo; en medio de una charla a veces lo que decimos puede perderse entre el resto de las cosas. Además me parece un tema interesante para tratar en sí mismo.
      Me gustan los abrazos inmensos. ¡Venga!

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  5. Tania Bello dice:

    Hace no muy poco mi mamá y yo descubrimos que somos «pasíficas» (por nombrarlo de alguna forma). Y pues, tuvo mucho sentido, porque ambas al presenciar algún tipo de arte que nos encanta, solemos conmovernos mucho llegando a emocionarnos exageradamente o a romper en llanto. Lo mismo nos sucede con el activismo social, simplemente no podemos quedarnos sentadas y ser indiferentes. «Nos lo tomamos muy en serio» jaja

    Claro, tiene sus cargas pero es un elixir de vida que no cambiaría por nada.
    Saludos 🙂

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    • Borgeano dice:

      Formamos parte del mismo club Tania. Conmoverse con una obra de arte hasta las lágrimas no es algo a lo que permanezca ajeno. Y las causas sociales me han dado no pocas amarguras y sinsabores; pero soy un convencido de que hay que seguir peleando y sí, sufriendo si es necesario. Pero, como compartimos en el primer punto, cuando disfrutamos, también lo hacemos con muchísima intensidad.
      Un fuerte abrazo.

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