Wat Arun, el templo reciclado.

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Construido alrededor del año 1650 por el Rey Taskin; el Templo budista Wat Arun (Templo del amanecer), en Bangkok, Tailandia; tiene una torre que  alcanza casi ochenta metros de altura y cuenta con empinadas escaleras que, se dice, nos llevan al camino al cielo.

El exterior de la torre está cubierto con millones de trozos rotos de porcelana. Han sido dispuestos en patrones intrincados e imágenes complejas de una manera que es increíblemente precisa y que ha requerido artistas más que dotados en el arte del diseño. La razón por la cual este templo está decorado de esa manera tan peculiar parte de cuestiones puramente mercantiles. Los buques que llegaban a Bangkok por aquellos tiempos, procedentes de China, realizaron dos valiosas exportaciones: el té y la seda. El té y la seda que debían colocarse en las secciones centrales de los barcos, ya que ambos productos eran en exceso sensibles al daño producido por el agua. El problema era que para equilibrar el barco para que pudiera navegar adecuadamente, alrededor de la mitad del peso de la carga necesaria debía colocarse por debajo de la línea de flotación; entonces fue que los platos de porcelana china se convirtieron en la solución perfecta. No eran susceptibles a daños por agua y eran lo suficientemente pesados. A menudo, sin embargo, las tormentas y las olas altas hacían que la porcelana se rompiera, dejando a los barcos con las bodegas llenas de montañas de fragmentos de cerámica. ¿Qué hacer con todas esas piezas? El Rey Taskin, adelantándose en siglos al concepto de reciclaje, tuvo una idea brillante. Reunió a sus artistas reales y a sus  artesanos  y les ordenó que los utilizaran para decorar su famosa torre del templo. Ellos pusieron yeso húmedo en el exterior y a continuación colocaron la porcelana en diseños complicados y en patrones geométricos. También crearon hermosas escenas naturales con los trozos de cerámica de colores. Taskin probablemente nunca había oído hablar de reciclaje pero ciertamente sabía cómo hacerlo, como se dice por aquí, a lo grande.

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6 comentarios el “Wat Arun, el templo reciclado.

  1. Es espectacular.

    Un abrazo.

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    • Borgeano dice:

      Supongo que los tres que estamos aquí (Danioska, tú y yo) estamos en la misma sintonía: tomando notas para un posible viaje futuro. El que llegue primero allí que le avise a los otros y que comparta su experiencia in situ.

      Un abrazo.

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      • Sin duda, creo que los tres no dejamos de tomar apuntes para posibles viajes. En este caso mis notas ya me llevaron por allí y lo de espectacular lo pude constatar. 🙂
        Pero no haré burlas ni me jactaré de ello, salvo para deciros que sí, que si os pilla en ruta por Asia, Bangkok es un lugar que merece una buena parada para disfrutar de su mezcla de modernidad y tradición.
        Un abrazo.

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  2. danioska dice:

    Con lo que me gustan estas entradas viajeras, que me convencen que una de las cosas que más me gustan del mundo mundial es viajar. Tu blog, querido, me ha aportado un sinfín de lugares que ya tengo señalados en el mapa. Éste, claro, es uno de ellos.
    Abrazos.

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    • Borgeano dice:

      Uno va viajando mentalmente y va anotando sitios para probables destinos. Como le dije a Alberto, El primero de los tres que llegue allí que comparta la experiencia (luego de burlarse un poquito de los demás, supongo).

      Abrazo ansioso.

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  3. Una maravillosa manera de construir belleza con algo que en teoria ya no sirve. Parecido a la técnica japonesa de rellenar con oro las grietas de los cuencos que se rompían, dando así más valor a la pieza, kintsugi, se llama.
    Me encanta ese lugar!!

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