Contrato

No soy muy afecto a subir videos a esta página, pero hoy me veo obligado a ello para poder hablar después con mayor libertad. De todos modos, como el video dura un poco más de cuatro minutos, sintetizaré su contenido para que aquellos que no quieran verlo (seguramente lo habrán visto adaptado a su propio país en algún momento de sus vidas) pueda pasar de largo y evitarse el mal trago. El video no es más que una compilación del actual gobierno argentino y su doble discurso; el de antes de las elecciones y el de después, que reviste mayor gravedad ya que no se trata de un mero discurso hablado, sino de actos que conllevan el dolor y el malestar a todo un pueblo.

 

 

El punto central al que me lleva el video es el siguiente: ¿No es posible que comience a considerarse el discurso previo a las elecciones democráticas como un contrato entre dos partes? Debe haber algún modo —apelo para ello al conocimiento preciso y efectivo de los doctores en leyes— por el cual el electorado tenga en sus manos el poder llevar a la justicia a todo aquel que no cumpla con su parte del contrato, tal como ocurre, bien lo sabemos, en cualquier otro ámbito social.

De nada sirven las frases de rigor ni la palabrería vacua en fórmulas como la argentina, cuando se le pregunta al presidente entrante, en el acto de investidura, si se compromete a cumplir con la ley y éste dice «Si así no lo hiciere, que Dios y la Patria me lo demanden». Nada, eso es pura verborrea cínica, sin sentido y de mal gusto. No conozco a político alguno, ni a uno solo de ellos, a quien la Patria (y mucho menos Dios) le haya hecho reclamo alguno. ¿No es hora, entonces, de dejar establecidos los derechos y obligaciones en negro sobre blanco de una vez por todas y con pleno valor de ley?

Por último, un breve descargo que me llega desde el despacho del Abogado del Diablo: No olvidemos que somos nosotros —todos y cada uno de nosotros, tanto los que votan como quienes se abstienen de ello— quienes ponemos a estos delincuentes en las posiciones en las que se encuentran. No aparecen por generación espontánea.

Pero algo de cierto hay, también, en que muchos pudieron haberlos elegido creyendo en sus promesas y en sus palabras. De allí, insisto, en que se hace necesario un cambio en las reglas y que éstas deban ser ajustadas como en cualquier otro ámbito legal: Lo que se promete, se cumple. Lo que se dice, se hace. Y a partir de allí sí, se podrá decir, todos amigos.

12 comentarios el “Contrato

  1. Por desgracia este es el pan nuestro de cada día, aquí y en cualquier país.
    Mientras la democràcia se limite a votar periódicamente y no poder ejercer un control sobre los gobernantes será siempre así. Y a ellos no les interesa que se les pueda someter a control.

    En España se hizo una moción de censura contra el gobierno del Partido Popular por el tema de la corrupción y justo hace unos días el gobierno entrante condecora al anterior (al corrupto), cómo se entiende esto. Se le echa por malos gestores y acto seguido se les condecora. La política es un gran engaño. Quienes mandan realmente no son los políticos, corruptos o no, si no quienes tienen el poder económico.

    Éste es el enlace al BOE donde se comunica las condecoraciones:

    https://www.boe.es/boe/dias/2018/08/04/index.php?d=188&s=3

    un abrazo

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    • Vaya, el corrector de catalán ha puesto los acentos de este idioma, sorry 😉

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      • Borgeano dice:

        Pues mira por dónde se nos cuela la ironía… Bioy Casares alguna vez propuso, como broma, en una cena entre amigos, que para destacar a una persona que cumplía mal su tarea, habría que escribir su título o nombre con algún error tipográfico. Así, por ejemplo, podríamos hablar del arquitëctö González; etc. Recordé eso cuando, luego de leer tu comentario y responderte, busqué ese acento catalán y me encontré con «democràcia».
        Tal vez debamos escribirla así (en español) a partir de ahora.

        Un abrazo.

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      • Podría ser divertido ese cambio…
        Un abrazö

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    • Borgeano dice:

      Tal como dijo Borges hace tiempo (frase que me enojó bastante por aquel entonces y que hoy refrendo en primera línea) «La democracia es una exageración de la estadística». De allí que se haga necesario algún tipo de modificación en el sistema, de lo contrario…
      De lo contrario nada. Releo el final del párrafo anterior y veo que lo escribió un inocente adolescente que nada parece entender cómo son las cosas en la realidad. Como bien dices (y todos sabemos, eso es lo grave) la democracia, la política, el estado y demás no están en manos de políticos y, mucho menos, de la sociedad, sino de los verdaderos dueños del poder; y ése es nuestro verdadero (y terrible) problema.
      Gracias por el enlace. La verdad es que yo pensé que esas cosas pasaban solamente en Latinoamérica; pero veo que el cinismo reinante está por demás extendido a lo largo y ancho del globo.

      Un abrazo.

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      • La realidad española es muy diferente a la que a simple vista se percibe. Ya sabemos que mandan los poderes financieros y las oligarquías, pero hay paises y paises. Y aquí estamos anclados en un sistema político poco democrático, heredero del franquismo y donde los estamentos de poder están controlados por las familias de siempre, todas nacionalcatólicas (ya lo dijo el dictador antes de morir; lo dejo todo atado y bien atado)…

        Un abrazo

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  2. […] el día leyendo la entrada de Borgeano, Contrato. Reflexión sobre el falso discurso de los […]

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  3. Los políticos no son más que el espejo de la sociedad… y ahí lo dejo. Esto llevaría a disquisiciones profundas y este no es el espacio adecuado. Personalmente tengo muchos artículos publicados (diario escrito y digital) sobre la política, políticos y politiquillos. Y llegué a hartarme. ¿Corrupción? A todos los niveles… absolutamente piramidal.
    Un abrazo desde el mar.

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    • Borgeano dice:

      Trato, en lo posible, de tocar el tema político (cuando lo hago) desde el punto de vista filosófico; es decir, tomándolo como tema general de disquisición más que como tema puntual y, si bien algo de eso hay en esta entrada, es cierto también de que hay mucho de enojo visceral en ella. Como bien dices, la corrupción hoy en día tiene características piramidales, de allí que, para mí, lo intolerable sea la relajada actitud del pueblo ante este estado de cosas. Más intolerable aún me parecen esas actitudes que piden «mano dura» para cualquier ladronzuelo de poca monta pero que permite o justifica a los ladrones de guante blanco.
      Los seres humanos somos contradictorios, eso es sabido; lo que no puede tolerarse, creo, es la estupidez.

      Un fuerte abrazo.

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      • marcelo dice:

        Leí tu propuesta y me parece excelente. También leí los comentarios que, sin duda, están de acuerdo con lo que expusiste; y lo que más valoro es el comentario que le dirigiste a Isabel. De todas formas, es un tema para debatir extensamente.

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  4. marcelo dice:

    De todas formas, preguntándolo filosóficamente ¿Es la política la única forma de crear una sociedad más justa y menos corrupta?

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    • Borgeano dice:

      Es una buena pregunta. Supongo, en primera instancia, que no lo es; pero aquí se abren dos asuntos independientes. La sociedad necesita algún tipo de regulación general y, sea cual fuere el sistema que elijamos, irá a desembocar más tarde o más temprano, en alguna forma de política. Ahora, el segundo tema, más importante, es que la política en sí no es mala ni corrupta; como toda herramienta humana, es hija de nuestro accionar, así que no sé si será necesario cambiar de sistema; simplemente con hacerlo bien y honestamente aquí y ahora se acabaría el problema.

      Un abrazo.

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