Debo el tema de esta entrada a mi querida Julie Sopetrán, quien, sabedora de mi gusto por estos textos antiguos, me pasó el primer enlace sobre el tema.
El códice Grolier es un texto maya del siglo XIII. Durante más de cuatro décadas se dudó de la autenticidad de este manuscrito, ya que fue encontrado por saqueadores y no por arqueólogos. Aunque el ejemplar se encontró junto con otros objetos que sí fueron considerados originales, se pensó que los saqueadores querían hacer pasar una falsificación como parte del botín encontrado en Oaxaca, al sur de México. Ahora, luego de arduos y exhaustivos estudios llevados a cabo por la Universidad de Brown, se estableció que no sólo es un texto original, sino que es el más antiguo que se haya encontrado en este continente.
El códice Grolier es un fragmento de 11 páginas pobremente conservado en papel amate estucado, y se ha determinado que debió pertenecer a un libro con 20 páginas. Cada página mide 18 cm de alto por 12.5 cm de ancho. Por medio de datación por radiocarbono se ha calculado que fue fabricado en 1230 d.e.c. +/- 130 años, lo que lo convierte en el manuscrito más antiguo (pueden ver las once páginas recuperadas aquí).
Ya me han oído decir que México es un país que no deja jamás de sorprender. Ahora debo romper brevemente la frontera sur de este país (ya que debo incluir a las ruinas de Tikal, las cuales se encuentran en Guatemala) para decir que si México jamás deja de asombrar, el Imperio Maya será siempre una constante fuente de maravilla y sorpresa. Haber tenido el placer de recorrer sus muchos sitios arqueológicos (Tikal, Cobá, Tulum, Chichen Itzá) y saber que voy a volver a hacerlo cada vez que tenga la oportunidad, me hace soñar con la improbable posibilidad de que algún día, por mero azar, encuentre yo mismo una maravilla semienterrada por allí. Quién sabe, en lugares tan mágicos como éstos cualquier cosa puede pasar.
Los dibujos recuerdan al códice de Dresde y al Trocortesiano.
Da miedo y pena pensar en las maravillas que se perdieron para siempre por culpa de los extremistas descabezados que quisieron imponer su credo.
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Exacto, Martes; los códices tienen en común la cultura y los tiempos (de hecho, el códice de Dresde era considerado el más antiguo hasta la aparición del códice Grolier. Pertenecen ambos a la misma época ¿no sería maravilloso que incluso pudieran ser de los mismos escribas?). El códice Trocortesiano o códice de Madrid es un poco más moderno, del siglo XV. Hace poco la revista Arqueología mexicana (siempre maravillosa) publicó en dos ediciones todo el códice Dresde, con sus lecturas e interpretaciones ¡Como para coleccionarlo!
Lo que dices con respecto a los extremistas descabezados (como los musulmanes de hoy, destruyendo maravillas budistas) han producido un daño inconmensurable a lo largo de todo el mundo y de todos los tiempos. Cuando estuve en en Perú, visitando algunas ruinas incas de esas que te dejan sin aliento, nos comentaban que cuando llegaron los españoles y vieron esas construcciones perfectas dijeron «Eso no es cosa de hombres, es cosa del diablo» y se dedicaron con todas sus fuerzas simplemente a destruirlo (su pensamiento era simple, como todo pensamiento extremista: «Si yo no puedo hacerlo, que soy lo más alto de la civilización ¿cómo es que unos brutos como éstos pudieron hacer eso. ¡Imposible! Por lo tanto, el diablo les ayudó»). Siempre doy gracias por el hecho de que esa gente nunca encontró a Machu Picchu…
Un abrazo.
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Actitudes como la que describes de los «conquistructores» me hacen dudar de un origen común en la humanidad. No es posible que tanta imbecilidad y tanta genialidad proceda de un tronco único.
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Vaya uno a saber, esto es como las familias… siempre hay uno que da la nota.
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Las familias son todas parecidas 😉
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Gracias, amigo, por traer y explicar tan bien, lo relacionado con el Códice Grolier. Además las imágenes nos muestran la técnica prehispánica que utilizaban los mayas para crear su escritura y dibujos en cortezas, o partes internas de esta corteza, de ciertos árboles… Un verdadero arte que después de tantos siglos podemos contemplar hoy. México es apasionante. Y si vas al Sur
no dejes de visitar Monte Albán, cerca de Oaxaca, te fascinará. El Museo de Santo Domingo y lo encontrado en la tumba número 7, te encontrarás con Cozijo, el dios de la lluvia que te hará llorar. Y también Huatulco… donde encontrarás la Cruz de Huatulco, que llegó allí mucho antes que los españoles.Y te hará pensar en las grandes mentiras de la Iglesia Católica… entre otras cosas. Y sí, allí en México descubres no sólo España, también otros lugares. Un fuerte abrazo y feliz domingo.
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Cuando llegué a México lo hice por Guatemala (en este país pude visitar las ruinas de Tikal, las cuales son el complejo más grande del imperio Maya sobreviviente hasta hoy) y como viajaba «al azar» iba preguntando para dónde podía ir. Me dijeron que podía llegar a Ciudad de México vía Oaxaca o vía Tabasco; tomé este segundo camino porque «conocía el nombre» y luego me di cuenta de que hubiese sido mejor la otra opción. Sé que Oaxaca es un estado maravilloso y que guarda hermosas reliquias además de una cultura muy particular. Espero poder viajar allí en algún momento y quedarme al menos una semana para poder recorrer algo de lo que ese estado tiene para mostrarnos.
Si mal no recuerdo ya me habías habado de Cozijo y que vuelvas a traerlo aquí sólo acrecienta mi deseo de conocerlo.
La iglesia católica tiene tantas cosas que explicar y tantas de las que arrepentirse que si entramos en ese tema no saldríamos más. si tardaron más de cuatrocientos años en reconocer que Galileo tenía razón imagínate si van algún día a reconocer el daño que hicieron en América (Galileo era un par y sus dichos pueden reconocerse empíricamente; los pueblos originarios americanos, que aún son considerados como inferiores nunca recibirán reconocimiento ni pedido de perdón alguno).
Un fuerte abrazo.
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Muy interesante!! Gracias!!
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¡Gracias, Jana! Todo esto me resulta tan fascinante que a veces me lamento no tener dinero para comprar más material (que aquí hay mucho y bueno) o para visitar más sitios como estos.
De todos modos no me quejo, más que agradecido estoy por haber podido llegar hasta aquí.
Un abrazo.
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[…] a través de El códice Grolier — El Blog de Arena […]
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